martes, 4 de marzo de 2014

Las Tetas y nosotras

Para Amamantar se necesitan muchas cosas. Pero sobre todo se necesitan Tetas. Y tristemente no nos llevamos bien con ellas.
Desde chicas que nos obligan a esconderlas. A ocultarlas. A no tocarlas (ay Dios Santísimo!) Y a no dejarlas tocar por nadie hasta el casorio mas o menos.
Salvo el médico. Claro, ese señor si puede. (como puede tantas otras cosas sobre nuestros cuerpos que ni nosotras mismas podemos)
¿Pero que pasa si nuestras Tetas son las protagonistas de la Lactancia y no las conocemos?
Es muy difícil sostener una lactancia "exitosa" (si acaso eso existiera) si no nos animamos a tocarlas, mirarlas, mostrarlas.
Nuestras tetas no son sólo para que las vea y las toque el hombre.
Eso nos quisieron hacer creer. Ya ni dueñas de nuestras tetas somos!
El Patriarcado y el Machismo nos ha sacado hasta la potestad sobre nuestras tetas! Que han quedado relegadas a un papel meramente sexual, para el ojo y el deseo masculino, (y la venta de cualquier producto!)
Hay que conocerlas. Amigarse. Tocarlas. Saber cómo funcionan. ¿Qué las hace producir leche? ¿que no? ¿Dónde apretar para que la leche salga? ¿Qué es el pezón? ¿qué es la areola? ¿para que sirven?
Por eso nos cuesta tanto amamantar en público.Por vergüenza  y pudor.  Pero nuestro hijo, no puede regular su hambre de acuerdo al lugar en donde estemos. Si tiene hambre pide. Estemos en donde estemos.
Y por eso también existen "inventos" que nos salvan de semejante papelón.
 Como esta hermosa manta/mantel/carpa/delantal o como se quiera llamar que hace que nuestra teta quede cubierta. El marketing dice que es para que nuestro bebé esté tranquilo pero en realidad es para poder seguir siendo una señora de bien mientras tenemos que hacer algo puramente animal (que espanto!) (nótese que el niño queda absolutamente aislado y fuera del contacto visual con su madre)
(imagen by crecebebe)
Y la otra, más instalada socialmente(no se qué es peor) es la mamadera. Cuántas madres dan mamadera a sus hijos simplemente (y complejamente) para no pelar la teta en el medio de un restaurante?
Cuántas mamás son felices amamantando "en privado" pero no puede lograr sacarse el peso que implica hacerlo públicamente?
Pero esto no es responsabilidad de esas mamás. Todos, como sociedad tenemos que dejar de estigmatizar a las madres que quieran dar el pecho en público. Es lo más sano y lo más natural para nuestros hijos y para nosotras.Pero esto empieza desde nosotras mismas. Somos nosotras las que debemos dejarnos de mirarnos de reojo o escandalizarnos por una mamá que da la teta a su hijo en el medio del supermercado.
Somos nosotras las que debemos dejar de alimentar el machismo y criar machistas. Somos nosotras las que tenemos que aprender a que las tetas no sirven solo para el sexo o para vender cualquier producto que existe en el mercado. Se pueden usar para vender, a cualquier hora y en cualquier lugar ¿pero no se pueden "usar" para alimentar a nuestros hijos?!
Es realmente muy incoherente.

A mi personalmente me costó mucho "amigarme" con mis tetas. Con mi primer hija sufrí mucho en la lactancia. No nos fue bien. Y me daba mucha mucha vergüenza  y pudor sacar la teta en cualquier lado. La mamadera era muy útil para no poner el cuerpo. No exponerme y no recibir las miradas acusadoras.
Sin embargo eso (y otras cosas) nos perjudicaron tanto!!
Por suerte (o por conciencia) logre aprender, evolucionar y modificar muchas cosas con mi segundo hijo. Entendí y descubrí que mi cuerpo, así imperfecto como parece ser para el resto de la humanidad es perfecto para mis hijos. Es su casa y su alimento durante 9 meses y luego lo sigue siendo hasta hoy. Estas tetas, Mis TETAS son perfectas, son hermosas. Porque son lo que le permite a mi hijo crecer sano, alimentarse no sólo de leche  y calorías. Se alimenta de amor, de contención de autoestima y de seguridad.
Se alimenta de la energía que uno le trasmite con cada abrazo y con cada mirada.
Su primer palabra fue Teta. No dijo mamá ni papá. Dijo Teta. La teta es su mundo, su lugar su consuelo  su alimento. Me niego a avergonzarme de eso. Me niego a ocultarlo. Me niego a negarselo a él o a las generaciones vendieras.
Ahora, cada vez que veo una mamá dando la teta en publico, simplemente le sonrío. :)